Convertirse en la Rosa
05 de Abril 2020
Japón: cultura y tradiciones
CONVERTIRSE EN LA ROSA
En las distintas disciplinas del arte japonés lo primordial es la captación intuitiva de la belleza fugaz de las cosas. El sumie no escapa a esa regla de oro y la tinta es el medio para expresarlo.
Sumie (lit. sumi = tinta; e = pintura) es el estilo de pintura japonesa a la tinta aguada.
La pintura sumie es algo más que una técnica de utilización de la tinta sobre el papel de arroz o “washi”; es una forma de arte que requiere un alto grado de participación del artista, el control de las distracciones, el dominio de sí mismo y finalmente la liberación del talento interior más auténtico, más perfecto que se pueda conseguir con el espíritu, captando la esencia de las formas: “convertirse en la rosa para pintar”. No se trata de una copia fiel sino de la captación espontánea, intuitiva, directa, emotiva para dejar con el trazo lo que no se ve, la belleza oculta y fugaz de las cosas.
La obra pictórica se va conformando con pinceladas en distintas variaciones tonales de sumi logradas mediante la combinación de 4 factores: la carga de tinta en el pincel, la cantidad de agua que lo diluya, la presión en el trazo y la posición del pincel.
Con ello se debe logar conjugar la naturaleza vital del contraste, el dinamismo y la armonía, en su simple expresión de la belleza y la elegancia. Como así también la importancia del vacío, estas zonas no representan nada, sino que sugieren una extensión sin límites; y las condiciones atmosféricas son un elemento importante de la composición.
El sumie no permite retoques o modificaciones posteriores, la pincelada realizada es permanente, por lo que el trazo debe ser muy seguro. En la espontaneidad y la agilidad del artista, en su concentración, reside el trazado con el “fude” (pincel) sin vacilación alguna.
Orígenes y principios del sumie
La técnica de sumie ingresó al Japón en el período Kamakura (1185 – 1333) desde China de la mano del budismo zen. Esta influencia espiritual es la que caracteriza al sumie ya que se basa en principios estéticos y filosóficos para interpretar la naturaleza que desea plasmarse en la pintura.
Estos principios son:
Fukinsei (asimetría): forma de equilibrio que se encuentra presente en la naturaleza.
Kanso (austeridad): eliminar lo innecesario y superfluo para descubrir la simplicidad de la naturaleza.
Kokō (dignidad solitaria): cualidad que las personas y objetos adquieren con el paso del tiempo y les proporciona una mayor pureza de su esencia.
Shizen (naturalidad): que está ligada a la sinceridad, lo natural es auténtico e incorruptible.
Yūgen (profundidad): esencia verdadera de las cosas, que trasciende su mera materialidad, su aspecto superficial.
Datsuzoku (desapego): liberar el espíritu, no controlarlo.
Seiyaku (serenidad interior): estado de quietud, de sosiego.
El sumi es la tinta negra en barra, obtenido del hollín de aceite vegetal o del hollín de pino, amalgamado con resinas y cola de piel, confiriendo un gran poder fijativo.
Pintura en Occidente y Oriente
En términos generales podemos diferenciar la pintura de estilo japonés con las de pintura occidental desde los materiales hasta las técnicas utilizadas.
“Nihonga” (pronúnciese nijonga), es lo que se conoce como pinturas realizadas de acuerdo con las convenciones artísticas tradicionales de Japón, es decir, aplicando las técnicas llamadas “mokottsu” (sin contorno) o “tsuketate” (delineado) y los materiales típicos como el papel de arroz o de seda y los pigmentos naturales. Éstos se obtienen de minerales, conchas, corales y piedras semipreciosas como la malaquita, azurita, lapislázuli, cinabrio. Las materias primas se pulverizan en varias gradaciones de texturas en polvo de fino a arenoso, y se utiliza como agente aglutinante una solución de cola de piel.
Aunque está basado en el antiguo y original arte pictórico japonés llamado “Yamatoe”, el término nihonga fue acuñado en el periodo Meiji (1868 – 1912), para distinguirlo de las obras de estilo occidental.
Por otra parte, “yōga” es el nombre que distingue el estilo de las pinturas realizadas por artistas japoneses de acuerdo con las convenciones occidentales, básicamente las europeas. En su sentido más amplio abarca la pintura al óleo, acuarela, pasteles, dibujos de tinta, la litografía, el grabado y otras técnicas del arte pictórico occidental.
Cristina Ishikawa
Fundación Cultural Argentino Japonesa